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Riesgo iatrogénico en la toma de muestra para PCR: pérdida de LCR

La revista JAMA publica el primer caso en el que, tras la extracción de muestra nasofaríngea para PCR de COVID 19, la paciente sufre pérdida de líquido cefalorraquídeo a través de hueso etmoides.






El caso trata sobre una paciente de 40 años que, antes de ser operada para la reparación de una hernia, es sometida a la toma de muestra rutinaria para la detección de la COVID 19. Para ello se le realiza un frotis nasal con hisopo.

Poco tiempo después de la toma de la muestra la paciente sufre el siguiente conjunto de signo y síntomas:

  • Rinorrea unilateral.

  • Sabor metálico.

  • Dolor de cabeza.

  • Rigidez de cuello.

  • Fotobobia.

La extracción de muestras nasales para PCR durante la COVID 19 es un procedimiento muy seguro que debe ser realizado por los profesionales sanitarios capacitados para ello: profesionales de enfermería. El caso reportado no se puede considerar mala praxis sino una complicación iatrogénica en una paciente que presentaba una malformación no informada. Parece ser que, en este caso, un encefalocele hizo más vulnerable la pared posterior de la nasofarínge (etmoides) a la presión correcta del hisopo. Esta estructura ósea forma parte del conjunto de huesos que compone el cráneo completo. Se encuentra situado detrás de nuestra nariz y tiene la característica de ser huevo y de disponer de innumerables celdillas.


En si parte superior comunica con la bóveda craneal y, si estructuralmente no tiene malformaciones ni debilidades, debe aislar la cavidad nasal de la craneal. Parece ser que en el caso repostado no fue así.




Para que la prueba sea correcta existen una serie de directrices en cada una de las instituciones basadas la mayoría de ellas en las recomendaciones y estadarizaciones del Centro de Control de Enfermedades (CD).


La maniobra para la toma de muestra nasofaríngea, sin resultar muy dolorosa, es inevitable que resulte molesta, ya que la mucosa nasofaríngea está muy enervada y vascularizada. Tampoco es extraño que, en algunos casos, tras llegar la punta del hisopo a su ubicación y realizar los giros necesarios para su correcta impregnación de moco, se rompa algún capilar sanguíneo que provoque un leve sangrado posterior, de escasos segundos o minutos.





Deberemos desconfiar de una toma de muestra en la que, como pacientes, no hayamos notado el contacto de la punta del hisopo con nuestra nasofaringe y su molestia correspondiente. En ese caso sería recomendable solicitar la repetición de la prueba, ya que ese hisopo no habrá atrapado la muestra de tejido deseada.


Manuel Sinués Júdez

Graduado en Enfermería, Técnico en Emergencias Sanitarias.

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