Esta pandemia está sometiendo a los sistemas sanitarios de todo el mundo a una fatiga brutal. El pilar básico de los sistemas de saludo son sus profesionales y en España están siendo maltratados por una gestión tardía que no ha permitido el aprovisionamiento de equipos de protección individual. En los pocos servicios donde se dispone de los equipos recomendados y certificados su stock es tan limitado que, para "racionarlos", los profesionales de la salud (PS) se ven obligados a llevarlos durante horas, sin descanso.
La facilidad en la transmisibilidad del COVID 19 se ha ido descubriendo semana tras semana. Los EPI protagonistas como escudo para los PS son la bata, gafas y mascarillas FFP2 (o FFP3).
Estos EPI deben protegernos y están diseñados para un uso limitado en el tiempo. Esta nueva contingencia está poniendo sobre la mesa una paradoja: los equipos que nos deben proteger se convierten también en equipos dañinos para el órgano fundamental que nos defiende del COVID19: LA PIEL. Nos referimos a las úlceras por presión faciales (UPPF) que se están empezando a registrar informalmente por las redes.
La revista TIME publicó un artículo relacionado con este "nuevo riesgo laboral": el uso prolongado del EPI.
No podemos olvidar que la piel es la principal barrera para evitar la entrada del virus en nuestro organismo. De hecho ya está demostrado que allí donde la piel desaparece (mucosas) el virus penetra en nuestro organismo con la facilidad con la que un cuchillo corta mantequilla.
Las lesiones que se están mediatizando en RRSS, en algunos casos, podrían calificarse como úlceras tipo II, es decir, pérdida de la integridad cutánea. Esto significa la aparición una nueva vía de entrada para el virus, no valorada hasta ahora, ante una exposición accidental por gotículas o contacto.
Afortunadamente la experiencia de las enfermeras chinas ha sido aprovechada por la Asociación Portuguesa de Tratamiento de Heridas que ha editado unas recomendaciones basadas en expertos para prevenir estas úlceras. El secreto está en el uso de apósitos de espuma, personalizados mediante unos patrones de recorte específicos. Este documento está accesible de forma libre desde la web la entidad que más sabe de úlceras de nuestro país: el GENAUPP.
Manuel Sinués Júdez. Grado en Enfermería, Técnico en Emergencias Sanitarias.
Elías Gracia Carrasco. Grado en Enfermería, Máster en Urgencias y Emergencias.
Ana Álvarez Hernández. Diplomada en Enfermería, Máster en Investigación en Ciencias de la Salud.
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